Rabia" es la respuesta más repetida por los manifestantes cuando se les pregunta qué les ha llevado a ocupar las calles y los centros educativos de Grecia en una gran revuelta cuya chispa fue la muerte de Alexi Grigorópulos a manos de la policía, el día 6.

Los tertulianos de la prensa y las televisiones intentan explicarse el sentido de esa "rabia" explosiva: desconfianza, falta de expectativas, marginación... "La gente ha perdido la confianza en la política por los escándalos de corrupción y la mala gestión. Esto debilita al Ejecutivo, lo que hace aún más difícil que consiga gobernar", explica a este diario el politólogo George Pagulatos.

Desde mediados de los años 90, Grecia ha liderado las estadísticas de crecimiento de los países de la zona euro con un índice superior al 4% anual, pero los sindicatos se quejan de que los beneficios empresariales han ascendido a un ritmo mucho mayor que los salarios. Además, el crecimiento de los últimos años se ha basado en gran parte en las grandes obras derivadas de las Olimpiadas del 2004 y en las ayudas europeas.

PARALISIS Ninguno de los dos partidos que se han alternado en el poder desde el fin de la dictadura en 1975, Nueva Democracia (ND, conservador) y el Movimiento Panhelénico Socialista (PASOK, socialdemócrata) se ha atrevido a emprender las reformas para solventar los problemas de la economía griega.

Quizás el más urgente y el que más desconfianza genera es la corrupción rampante. La organización Transparency International sitúa a Grecia entre los países europeos más corruptos. Algunos comentaristas, como el liberal Nikos Pirunakis, definen la política griega como un sistema clientelar de "votos por favores". Un ejemplo es la aerolínea Olympic Airlines, que los partidos en el Gobierno han usado para atraer votos dando puestos en la compañía o regalando vuelos a sus votantes. Estas prácticas la han llevado casi a la bancarrota, lo que ha forzado al Gobierno a proponer su privatización. A pesar de las promesas de reducir el gran déficit del Estado, el Gobierno del primer ministro, el conservador Costas Caramanlis, ha contratado a 55.000 funcionarios. "La creación de puestos de trabajo en el sector público reservados a sus votantes ha sido siempre un instrumento de los partidos griegos para ganar apoyos. Esta práctica disminuyó con el Gobierno de Costas Simitis 1996-2004, socialdemócrata, pero con ND se ha vuelto a incrementar", dice Pagulatos.

SOBORNOS Un español residente en Grecia denunciaba en su blog Valencia y che que, en los hospitales públicos, los pacientes deben entregar sobornos, los fakelaki , para ser atendidos y que, en las universidades, los profesores, en connivencia con los poderosos sindicatos de estudiantes, aprueban más fácilmente a los alumnos de su misma ideología.

En los últimos dos años, cuatro ministros del Gobierno de Caramanlis han tenido que dimitir por escándalos de corrupción. El último, relacionado con la venta ilegal de terrenos al monasterio de Vatopedi, será abordado mañana por el Parlamento.

El sistema de pensiones es, como en el resto de Europa, tabú. Ningún Gobierno se atreve a tocarlo a pesar de su desequilibrio (trabajadores de un mismo sector pueden jubilarse con 1.800 euros de pensión o 350 según la empresa para la que trabajen) y su tremendo coste: en el 2050 supondrá el 25% del PIB y deberá ser pagado por una generación que hoy cobra 700 euros mensuales, no tiene contrato y está afectada por el 20% de paro.