Irlanda, país mayoritariamente católico y con unas de las legislaciones sobre aborto más restrictivas de todo el Viejo Continente, sufrió ayer un duro varapalo judicial en el Tribunal Europeo de Derechos Humanos. Esta instancia judicial, dependiente del Consejo de Europa, sentenció ayer en contra de Irlanda por impedir abortar a una mujer lituana residente en la isla que padecía cáncer. El fallo obligará al Ejecutivo a clarificar su leyes para interrumpir un embarazo.

El tribunal, con sede en la ciudad francesa de Estrasburgo, ordenó a Irlanda pagar 15.000 euros por daños punitivos a la mujer, que se vio obligada a viajar al Reino Unido, donde las leyes son más liberales. "Ni el asesoramiento médico ni las opciones para litigar, proporcionados por el Gobierno irlandés, constituyeron procedimientos efectivos y accesibles que le permitieron gozar del derecho a un aborto legal en Irlanda", reza el veredicto del tribunal europeo.

La mujer, a la que se refieren con la letra C, tenía un tipo raro de cáncer, y al haber quedado embarazada sin buscarlo, temía sufrir una recaída. Sin embargo, fue incapaz de encontrar a un médico dispuesto a determinar si su vida iba a estar en peligro. "El tribunal concluye que Irlanda no ha respetado el derecho de C de que se respete su vida privada dado que no se ha aplicado el derecho constitucional a realizar un aborto legal en Irlanda", apunta la sentencia.

CAMBIOS EN LA LEY El Gobierno admitió que la decisión obligará a introducir clarificaciones en la ley. "Claramente, tendremos que legislar", declaró la ministra de Sanidad, Mary Harney, a la cadena nacional de televisión RTE. Sin embargo, es posible que quede pendiente para después de las elecciones que habrá probablemente entre febrero y marzo.