El pleno de la Eurocámara confirmó hoy por 382 votos a favor, 219 en contra y 117 abstenciones la reelección de José Manuel Durao Barroso como presidente de la Comisión Europea para otros cinco años. Barroso fue respaldado por el PP europeo, por los conservadores euroescépticos británicos, polacos y checos y también por parte de los liberales y por los socialistas españoles y portugueses, que se desmarcaron de la posición oficial del grupo socialista europeo de abstenerse.

Votaron en contra los eurodiputados verdes, los de Izquierda Unitaria y buena parte de los euroescépticos del grupo Europa de la Libertad y la Democracia. También algunos socialistas, como los franceses. El conservador portugués superó ampliamente la mayoría simple de votos emitidos que fija el Tratado de Niza para su ratificación. También superó la mayoría reforzada de 369 votos que le exigiría el Tratado de Lisboa de haber entrado en vigor. No obstante, se quedó por debajo de los 413 votos que recogió en su primer mandato.

La confirmación de Barroso, designado en junio por unanimidad por los jefes de Estado y de Gobierno de los Veintisiete, había sido aplazada hasta ahora por la Eurocámara por las reticencias que provoca el conservador portugués entre los grupos de izquierdas y los liberales, que le reprochan su política desreguladora, su falta de reacción ante la crisis económica y su sumisión a las capitales. El ex primer ministro portugués es el primero que obtiene un segundo mandato al frente del Ejecutivo comunitario desde la época de Jacques Delors, el gran impulsor de la integración europea entre 1985 y 1994. A partir de ahora tendrá que empezar a formar, en consulta con las capitales, su equipo de comisarios, aunque todavía no está claro qué norma regirá los nombramientos, si el vigente Tratado de Niza, o el Tratado de Lisboa, pendiente de ratificación en Irlanda, Alemania, República Checa y Polonia.

En un discurso improvisado entre aplausos tras ser ratificado, Barroso expresó su agradecimiento a los parlamentarios por "esta expresión de gran confianza" en su persona y se comprometió a trabajar por "una Europa más fuerte de libertad y solidaridad". "En tanto que presidente de la Comisión, mi partido es Europa", repitió el ex primer ministro portugués. Por ello, invitó a sumarse a su proyecto a "cualquiera que quiera unirse a este apasionante viaje que es la integración de Europa".

Por su parte, el presidente de la Eurocámara, Jerzy Buzek, felicitó a Barroso y dijo que su reelección constituye "una victoria para la democracia europea y para el Parlamento Europeo". "Necesitamos instituciones fuertes y estables que puedan trabajar en beneficio de los intereses de nuestros ciudadanos", señaló Buzek.

VICTORIA DEL PP Y DIVISION DE LOS SOCIALISTAS

El Partido Popular Europeo (PPE), que había presentado a Barroso como candidato a repetir mandato ya antes de las elecciones europeas, dijo que su reelección demuestra que el PPE "sigue siendo el partido político que marca el ritmo en Europa y el que actúa de la manera más transparente y honesta", según dijo el eurodiputado y secretario general de la formación Antonio López-Istúriz.

"Por el contrario, el Partido Socialista Europeo ha demostrado su división interna y su absoluta incapacidad para presentar un candidato alternativo, además de su falta de responsabilidad al torpedear la elección del presidente de la Comisión Europea en un momento en el que debemos unir fuerzas para trabajar por los intereses comunes de toda la sociedad", señaló el dirigente popular en un comunicado.

Por su parte, el grupo de los Conservadores y Reformistas Europeos en el Parlamento Europeo --que reúne a los conservadores británicos y a otros diputados euroescépticos sobre todo de Polonia y República Checa-- coincidió en que la confirmación de Barroso significa que "el centroderecha está en el asiento del conductor de la UE". El líder del grupo, Michal Kaminski, anunció que su formación seguirá oponiéndose a las iniciativas del conservador portugués para avanzar en la integración europea, pero que le apoyará en sus esfuerzos para reformar la UE y liberalizar los mercados.

Los socialistas europeos habían acordado la noche del martes abstenerse en la votación sobre Barroso, pero finalmente se ignoró esta directriz y el grupo se dividió. Así, la delegación francesa votó en contra, mientras que españoles, portugueses y algunos británicos votaron a favor. Pese a esta división, el presidente del grupo, Martin Schulz, aseguró que Barroso es el "presidente más débil en la historia de la UE". Además, el PSE volvió a reclamar que el cargo de Alto Representante para la Política Exterior o, en su defecto, el de presidente del Consejo Europeo, que se creará con el Tratado de Lisboa, vayan a un socialista. Los eurodiputados socialistas españoles votaron 'sí' a la reelección de Barroso porque creen que rectificará la "deriva neoliberal" mantenida durante los cinco primeros años de su mandato y apostará durante su segundo mandato por la regulación y el refuerzo de las políticas sociales frente a la crisis, según dijo el responsable de la delegación, Juan Fernando López Aguilar. Sin embargo, también hubo divisiones en la delegación española y los parlamentarios del PSC, Maria Badia y Raimon Obiols, decidieron abstenerse.

Otros argumentos aducidos por López Aguilar para votar por Barroso fueron la falta de candidatos alternativos, la necesidad de evitar una parálisis en la UE y el apoyo que el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, ha dado al conservador portugués. Los eurodiputados de Izquierda Unida, Willy Meyer; Iniciativa per Catalunya-Verds, Raül Romeva; y Esquerra Republicana de Catalunya (ERC), Oriol Junqueras; que votaron 'no' a Barroso, criticaron la "incoherencia" de los socialistas españoles al apoyar al conservador portugués pese a sus posiciones "neoliberales" y a haber sido "corresponsable" de la crisis. Meyer resaltó además que Barroso es "el último superviviente de la foto de las Azores", en referencia a la reunión en la que el presidente norteamericano, George W. Bush, el español José María Aznar y el británico Tony Blair decidieron lanzar la guerra de Irak.

Alrededor de tres cuartas partes de los eurodiputados liberales votaron a favor de Barroso. Dentro de este grupo rechazaron la reelección del presidente del Ejecutivo comunitario los franceses y los italianos, según explicó el eurodiputado de Convergncia, Ramon Tremosa. Tremosa votó 'sí' a Barroso "sin complejos pero sin entusiasmo" para garantizar una mayor "estabilidad" y "relanzar el proceso europeo". En contraste, la eurodiputada del PNV, Izaskun Bilbao, adscrita también al grupo liberal, votó contra Barroso por falta de iniciativa ante la crisis económica y por no respetar suficientemente el papel de las regiones en la construcción europea.

Finalmente, el eurodiputado de Unión, Progreso y Democracia (UPyD), Francisco Sosa Wagner, votó 'no' a la reelección de Barroso por considerar que el programa que ha presentado para los próximos cinco años es "extraordinariamente frágil" y "muy poco ambicioso". "Hay muy poca Europa" en los planes de Barroso, lamentó Sosa Wagner. Criticó además que, durante su primer mandato, Barroso "ha sido demasiado sensible a los intereses de los Estados miembros".