Arrecia la tempestad diplomática en torno a los Juegos Olímpicos de Pekín. Una resolución del Parlamento Europeo y voces como la del secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, y las de los candidatos a la Casa Blanca Barack Obama y John McCain se sumaron ayer al coro de la presión internacional sobre China. E incluso el presidente del Comité Olímpico Internacional (COI), Jacques Rogge, le reclamó por primera vez los "progresos" en materia de derechos humanos prometidos cuando se le concedieron los Juegos.

La Eurocámara exigió ayer a los jefes de Estado y de Gobierno de la Unión Europea (UE) que boicoteen la ceremonia de apertura, el 8 de agosto en Pekín, si las autoridades chinas no reanudan el diálogo con el dalái lama para conceder una autonomía cultural, política y religiosa al Tíbet. La demanda --aprobada por 580 votos a favor, 24 en contra y 45 abstenciones-- no es vinculante, pero ejercerá una fuerte presión sobre los líderes de la UE, que ha intentado evitar un enfrentamiento formal con la nueva potencia mundial y ha dejado en manos de cada Gobierno la decisión de acudir o no.

Los Veintisiete siguen divididos sobre la conveniencia de asistir a la ceremonia. La cancillera alemana, Angela Merkel, ya ha anunciado que no irá, pero sostiene que tampoco tenía previsto acudir antes del conflicto. El primer ministro británico, Gordon Brown, no estará en Pekín el 8 de agosto, pero sí en la clausura. El presidente francés, Nicolas Sarkozy, condiciona su presencia a que China dialogue con el dalái lama. En cambio, el responsable de política exterior de la UE, Javier Solana, considera un grave error político y diplomático el boicot al acto, porque cree que no contribuirá a mejorar la situación en el Tíbet y acarreará secuelas negativas para las relaciones con China.

LA ONU Y EEUU El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, se plantea no ir "por problemas de agenda", anunció ayer su portavoz, que aclaró que la decisión se tomará más adelante. Pocas horas antes trascendió que Pekín había rechazado una petición de la alta comisaria de la ONU para los Derechos Humanos, Louise Arbour, para visitar el Tíbet.

En EEUU, Barack Obama se sumó a su rival en la carrera a la Casa Blanca, Hillary Clinton, al sugerir al presidente George Bush que boicotee la inauguración. También el líder republicano John McCain cree que Bush no debe ir "si no hay cambios".

Las protestas causaron ayer los primeros roces entre el COI y China. Rogge reconoció que los Juegos están en crisis y bajó por primera vez a la arena política: instó a Pekín a cumplir sus promesas de progresar en las cuestiones sociales, en especial en derechos humanos. China contestó al COI que el concepto de crisis es exagerado y aconsejó dejar "los factores políticos irrelevantes" al margen.