Los diputados del Parlamento Europeo solicitaron ayer, un día después de la matanza en Alemania, que se prohíba la venta de videojuegos violentos a los niños en la UE y que se fijen "sanciones severas" para comerciantes minoristas que los vendan y cibercafés que permitan jugar a menores.

En su informe, los eurodiputados invitan también a la Comisión Europea y a los 27 estados miembros de la UE a estudiar la oportunidad de desarrollar con la industria un botón rojo integrado en los ordenadores y las consolas de juegos que desactivaría los juegos violentos y otros no recomendables.