La Unión Europea (UE) apoyó anoche dar más tiempo a los inspectores de las Naciones Unidas para desarmar a Irak, pero sin excluir el uso de la fuerza si el régimen de Bagdad se niega a acatar totalmente las exigencias de la comunidad internacional, según la declaración común consensuada por los líderes de los Quince.

Tras 20 días de enfrentamientos, los jefes de Estado y de Gobierno de la UE aprovecharon la cumbre especial sobre Irak, celebrada anoche en Bruselas, para restablecer la unidad europea rota por el manifiesto pro-EEUU de España, Gran Bretaña, Italia, Portugal y Dinamarca.

La declaración constituye un triunfo de la línea liderada por Francia y Alemania para lograr una solución pacífica al conflicto, aunque la UE admita por primera vez el recurso al uso de la fuerza para aplacar a Gran Bretaña.

ESPIRITU CONSTRUCTIVO

Los ministros de Exteriores prepararon el consenso en una reunión informal al mediodía, donde todos se esforzaron en adoptar una actitud constructiva para superar la crisis interna de la UE. El compromiso alcanzado la víspera en la OTAN facilitó el consenso.

Los líderes de la UE reafirmaron el papel central de la ONU y del Consejo de Seguridad en el desarme de Irak. Los Quince respaldaron dar más tiempo y medios a los inspectores, aunque advirtieron de que "las inspecciones no pueden continuar indefinidamente en ausencia de una total cooperación de Irak". Sin embargo, la declaración no incluyó, como querían Gran Bretaña y España, que "el tiempo se estaba agotando rápidamente". Francia y Alemania rechazaron fijar un límite a la labor de inspección.

La UE reafirmó su voluntad de lograr el desarme de Irak "pacíficamente". "Está claro que esto es lo que quiere la población europea", señala la declaración, en referencia a las multitudinarias manifestaciones del sábado.

Al mismo tiempo, los líderes europeos intensificaron su presión sobre Irak y advirtieron de que Sadam "será el único responsable de las consecuencias" si no aprovecha "esta última oportunidad" para desarmarse. La UE insistió en que "la guerra no es inevitable" y que "la fuerza sólo debe utilizarse como último recurso", pero reiteró que corresponde a Irak concluir la crisis cumpliendo la resolución 1441.

El sector belicista, encabezado por Gran Bretaña y España, se dio por satisfecho con esa mención al uso de la fuerza y con la indicación de que las inspecciones no pueden continuar indefinidamente. Los halcones lograron que se reconociera el "papel esencial" de los preparativos militares para lograr la cooperación de Bagdad.

El secretario general de la ONU, Kofi Annan, participó al inicio de la cumbre y advirtió a los Quince de que si se ataca a Irak "sin la autorización del Consejo de Seguridad, la legitimidad y el apoyo de esta acción estarán gravemente dañados".

Annan insistió en que "no existe ningún plazo fijado para la labor de los inspectores" y que su misión "continuará hasta el momento en que el Consejo de Seguridad decida lo contrario". Annan agregó que es prematuro plantearse una segunda resolución porque antes el Consejo de Seguridad debe establecer que se ha producido una violación sustancial de la resolución 1441, y "aún no ha decidido eso".

El presidente del Parlamento Europeo, Pat Cox, recordó que los ciudadanos y la Eurocámara consideran que "actualmente no está justificada una acción militar".