Mientras decenas de miles de personas se manifestaban en Europa y otros lugares del mundo contra la guerra de Irak, el presidente de EEUU, George Bush, conmemoró el segundo aniversario del inicio de la operación Libertad Iraquí --la campaña militar contra Sadam Husein--, que se cumple hoy, en un tono triunfal y sin admitir errores. No habló del número de fallecidos, de las falsedades sobre las que construyó la invasión o de atrocidades como las cometidas en Abú Graib.

En su discurso radiado semanal, Bush reiteró que la guerra ha servido para extender la democracia en Oriente Próximo y repitió su apuesta por la política del ataque preventivo. "Debemos afrontar las amenazas antes de que se materialicen, y lo haremos", afirmó.

LAS CONSECUENCIAS DEL 11-S Como hizo antes de atacar Irak, Bush habló en su discurso de Sadam y el 11-S. "Conocíamos su largo historial de buscar, e incluso utilizar, armas de destrucción masiva, y sabemos que el 11-S obliga a nuestro país a pensar de forma diferente", señaló.

"Gracias a nuestras acciones, la libertad está afianzándose en Irak y el pueblo de EEUU está más seguro", aseguró el mandatario. Bush, que no mencionó a los 20.000 iraquís fallecidos desde el inicio de la contienda, no se refirió tampoco explícitamente a los más de 1.500 soldados norteamericanos que han perdido la vida en Irak. Prefirió hablar de "esperanzadoras señales de cambio en Oriente Próximo".

Tal y como sucedió hace dos años, mientras Bush defendía la guerra, miles de personas salieron a las calles a protestar contra la intervención militar. La manifestación más concurrida tuvo lugar en Londres, donde cerca de 100.000 personas, según los organizadores --45.000, según la policía-- tomaron las calles bajo el lema Traed las tropas a casa . Un ataúd con la inscripción 100.000 muertos , llevado a hombros por dos soldados que abandonaron el Ejército en protesta por la guerra, encabezó la protesta. Durante la marcha, que recorrió las calles de Londres y terminó en la plaza de Trafalgar, se escuchó el eslogan "George Bush, Tío Sam... Irak va a ser tu Vietnam".

Aunque mucho menos numerosas que las de hace dos años, las marchas de protesta tomaron las calles de Estambul (15.000 personas), Roma (10.000), Atenas (5.000) y Tokio (5.000), entre otras ciudades. En Estocolmo y Oslo, cientos de personas se congregaron también para protestar por la guerra. En los países que mantienen tropas desplegadas en Irak (Como Gran Bretaña e Italia), los manifestantes exigieron a sus gobiernos que las retiren. En España, ciudades como Barcelona, Zaragoza y Oviedo también se sumaron al clamor contra la ocupación.