Los líderes de la UE acordaron ayer pedir al Fondo Monetario Internacional (FMI) que estudie la imposición de una tasa mundial sobre las transacciones financieras para limitar el riesgo de una nueva crisis, a pesar de la oposición de EEUU a esa iniciativa. La medida requiere un carácter global para poder aplicarse y ser efectiva.

El Consejo Europeo concluyó en Bruselas con una dura requisitoria contra la banca por su vuelta a las viejas prácticas, y animó a los gobiernos de los Veintisiete a "considerar sin demoras" medidas como la penalización tributaria de los pluses salariales de los financieros. Gran Bretaña y Francia no lograron un acuerdo preciso para penalizar los pluses del 2009, pero consiguieron que la UE instara "al sector financiero a aplicar con efecto inmediato prácticas sanas de retribución".

Los líderes europeos consideran que debe establecerse un nuevo "contrato económico y social entre las entidades financieras y la sociedad" para "garantizar que la población se beneficie en tiempos de bonanza y esté protegida del riesgo".

EL CIUDADANO, VICTIMA "El sector financiero, que ha creado con sus errores los problemas actuales de nuestra economía y que los ciudadanos están pagando, debe contribuir al conjunto de la sociedad", destacó el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, al término de la cumbre.

"Es anormal, reprobable e inaceptable que las primas a los banqueros regresen con el mismo vigor que antes del estallido de la crisis", señaló el primer ministro luxemburgués, JeanClaude Juncker.

La cancillera alemana, Angela Merkel, indicó que debían adoptarse medidas para "impedir que los ciudadanos tengan que volver a pagar cuando los bancos atraviesen otra crisis" y que una tasa sobre las transacciones financieras sería una solución. Merkel anunció que Alemania preparará en primavera medidas para limitar los pluses financieros, porque "no es aceptable" la vuelta a las viejas prácticas que realiza la banca.