El presidente electo de Bolivia, Evo Morales, inició ayer una visita a China declarándose admirador de Mao Zedong y de su "revolución proletaria", y animó a empresas chinas a invertir en sectores claves de la economía de su país, entre ellos el gas, el petróleo y las minas. Visiblemente cansado por una gira que quiere extender a la India e Irán, Morales reconoció haber leído "desde jovenzuelo" la biografía de Mao y subrayó su admiración por el comunismo ortodoxo, pese a que China lo haya sustituido por el "socialismo de mercado".

Debido al agotamiento, Morales suspendió dos encuentros con la prensa y fue su asesor económico, Carlos Villegas, quien compareció. "Se ha invitado a las empresas chinas a que, siguiendo las regulaciones bolivianas, entren en sectores como la energía, la minería y la agricultura", destacó.

Morales se reunirá hoy con el presidente chino, Hu Jintao, con quien profundizará en este ofrecimiento. Según los analistas, concretar estas inversiones podría suponer una alianza estratégica entre Pekín y Bolivia, que ve a países como China o la India como posibles contrapesos a EEUU en la economía latinoamericana.

No obstante, Villegas volvió a rechazar que Morales intente tejer una alianza contra el "imperialismo" de EEUU.