"La crisis se va a resolver por las urnas y no por las armas". El presidente de Bolivia, Evo Morales, se plantó frente a las cámaras y aceptó el desafío de promulgar la ley por la cual los bolivianos deberán decidir en un referendo revocatorio si el presidente y los gobernadores regionales permanecerán en sus cargos. Está previsto que la consulta tenga lugar en 90 días.

El proyecto de ley de referendo es un arma de doble filo en más de un sentido. La norma establece que Morales y Linera deberán irse a sus casas si el no supera el 53,7% de los votos que obtuvieron en el 2005. Sin embargo, algunos gobernadores regionales podrán ser echados con apenas el 38% de los votos negativos.

Morales tiene una popularidad del orden del 50%. En La Paz llega al 75%. Pero la dinámica de la consulta convierte a la capital en un escenario peligroso.