La religión católica dejará de ser oficial en Bolivia si prospera una propuesta presentada por el Gobierno del presidente Evo Morales a la Asamblea Constituyente, que debería aprobar el 6 de agosto la nueva Carta Magna que regirá los destinos del país. De momento, se trata de un "borrador" que contiene "sugerencias" sobre las autonomías, el papel rector del Estado en el manejo de la economía y la regulación de la actividad privada en función de su "utilidad social", entre otros temas.

Ese proyecto señala que "el Estado plurinacional no tiene, profesa ni promueve religión alguna, y no reconoce carácter oficial a ninguna Iglesia o institución religiosa nacional o extranjera". Y se respetará "la espiritualidad de cada cultura y la libertad de creencia, sin imposición dogmática". El borrador prevé, además de la puesta en marcha de autonomías regionales (reclamación que abandera la oposición), un sistema similar para las comunidades indígenas.