Hashim Thaci, ex líder guerrillero, del Partido Democrático de Kosovo (PDK), fue hoy el gran ganador -según primeras proyecciones- de las elecciones legislativas en la controvertida provincia serbia, dominadas por la incertidumbre sobre su futuro estatus y una abstención récord. De acuerdo a datos de la ONG "Democracia en Acción", el hasta ahora opositor PDK se hace con en torno al 35 por ciento de los votos, delante de la gobernante Liga Democrática de Kosovo (LDK), con el 23 por ciento, apenas la mitad de los obtenidos en los comicios de hace tres años.

Les sigue la "Alianza Kosovo Nuevo" (AKR), del empresario multimillonario Behgjet Pacolli, y la Alianza para el Futuro de Kosovo (AAK), del presunto criminal de guerra y ex primer ministro Ramush Haradinaj, ambos con un 10 por ciento. Estos datos se basan en resultados preliminares de 1430 de las cerca de 2.300 mesas electorales.

Thaci vaticinó hoy que la independencia es inevitable al decir que "vamos a declarar la independencia inmediatamente después del 10 de diciembre", en alusión al plazo impuesto por la ONU para encontrar una solución acordada entre Belgrado y Pristina. La participación fue especialmente baja, según confirmó el emisario especial de la ONU en Kosovo, Joachim Rücker, quien la estimó entre el 40 y 45 por ciento, frente al 51 por ciento alcanzado en 2004. No obstante, el alemán trató de restarle importancia a ese dato y destacó el desenlace pacífico de los comicios.

Pero no fue sólo la falta de participación la que incomodó al emisario de la ONU, también el boicot masivo de los serbios puso en cierto entredicho el proceso electoral de hoy. La comunidad serbia, que representa el cinco por ciento de los dos millones de kosovares, cumplió por segunda vez su amenaza de no acudir a las urnas, impulsada por Belgrado, para no dar así legitimidad a las instituciones que posiblemente declararán la independencia en las próximas semanas. "Creo que la abstención de los serbios se debe a la presión a la que fueron expuestos", manifestó Rücker, que expresó su esperanza de que en el futuro "habrá más participación multi-étnica en Kosovo".

El objetivo: la independencia

Los albano-kosovares, que son un 90 por ciento de los habitantes de Kososo, apuestan todo por la independencia, para poder progresar tras ocho años de espera a una definición sobre el estatus. La situación social y económica de Kosovo sigue siendo calamitosa, con un porcentaje de desempleo superior al 40 por ciento, y gran parte de las familias dependen de ayudas enviadas por parientes desde el extranjero.

Los kosovares debían elegir hoy la composición del Parlamento provincial, de 120 escaños, además de 30 alcaldes y asambleas municipales. La votación se celebró durante la recta final de la última fase de negociaciones entre las partes enfrentadas sobre el futuro estatuto bajo mediación de una "troika" internacional. La "troika", formada por Estados Unidos, la Unión Europea y Rusia, presentará el 10 de diciembre a la ONU un informe sobre los resultados de este proceso, cuya próxima ronda se celebrará el martes próximo en Bruselas.

Mientras que los albaneses exigen la independencia como la única vía de solución del conflicto, los serbios la rechazan con vehemencia y ofrecen un máximo de autonomía. Kosovo se encuentra bajo administración de la ONU desde el fin de los bombardeos de la OTAN contra Serbia en junio de 1999, mientras que más de 16.000 soldados internacionales siguen velando por la seguridad de la provincia.