El endurecimiento de la reagrupación familiar es una de las obsesiones de Sarkozy. El presidente pretende que los aspirantes a ser reagrupados tengan que someterse a un examen. La prueba evaluará su grado de conocimiento de la lengua y de los valores de la República. En caso de aprobar, los inmigrantes deberán firmar un contrato de acogida e integración por el que los padres se comprometen a integrar a sus hijos. Sarkozy ha achacado la violencia en los suburbios a la permisividad con la reagrupación de inmigrantes.