La siniestra prisión bagdadí de Abú Graib, escenario en el que soldados estadounidenses infligieron torturas y humillaciones a los presos iraquís, albergó también a niños, según aseguró la general Janis Karpinski, directora de la cárcel en el 2003. "Uno de ellos parecía tener 8 años", explicó en mayo del 2004, en una entrevista con el comandante George Fay y que se dio a conocer ayer.

La entrevista de la general Karpinski, suspendida del mando de su unidad, está incluida en las más de 800 páginas de documentos sobre las investigaciones de las torturas en Irak realizadas por el Pentágono. La documentación fue obtenida por la Unión Americana por las Libertades Civiles (ACLU) y divulgada ayer. Karpinski, máxima responsable de Abú Graib entre julio y noviembre del 2003, explicó que visitaba a menudo a los presos más jóvenes.

"Me dijo que tenía casi 12 años", explicó la general sobre el pequeño antes citado, sin explicar por qué había sido detenido o qué le pasó después. "Me dijo que su hermano estaba allí con él, pero que lo que realmente quería era ver a su madre. Lloraba", añadió.

SIN DETALLES Hasta ahora no se conocían detalles sobre menores iraquís encarcelados en Irak, aunque fuentes militares aseguraron que no sufrieron abusos como los documentados en las vergonzantes fotos tomadas por soldados estadounidenses que dieron la vuelta al mundo el año pasado. No obstante, varios de los presos obligados a desnudarse y a posar para las fotos están acusados de haber violado a un menor de 14 años en la cárcel.

Karpinski explicó que el Ejército de Tierra comenzó a encarcelar a mujeres y niños en un pabellón de alta seguridad de la prisión en el verano del 2003 porque ofrecía mejores condiciones que otras cárceles.

Según los documentos hechos públicos por la ACLU, seis testigos aseguraron que tres interrogadores y un intérprete civil de Abú Graib se emborracharon una noche y sacaron de su celda a una muchacha iraquí de 17 años. Después la forzaron a enseñarles el pecho y la besaron, aunque no fueron castigados por sus abusos.

CUBIERTO DE BARRO Otro soldado citado en los mismos documentos afirmó que en enero del 2004, él y otros empaparon de agua y embadurnaron con barro a un joven de 17 años, también detenido. El muchacho era hijo de un general iraquí que se "derrumbó" al contemplar cómo el chico tiritaba de frío.

La general Karpinski denunció también la dureza de los altos mandos militares en Irak, citando específicamente al general Walter Wodjakowski, que entonces era el segundo general de mayor rango del Ejército de Tierra en el país árabe. "No me importa si estamos reteniendo a 15.000 civiles inocentes. Estamos ganando la guerra", aseguró Karpinski que Wodjakowski le dijo en el verano del 2003. El general no quería dejar marchar a más presos incluso si eran inocentes, porque en Abú Graib había "fobia a la liberación" de iraquís.

Karpinski denunció también el acuerdo entre los oficiales del espionaje militar de Abú Graib y la CIA para ocultar "detenidos fantasma", presos cuya presencia no se inscribía, para así no declararlos a los inspectores del Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR). El Pentágono ha reconocido ya la existencia de hasta 100 "detenidos fantasma".