Mientras Lasa mantenía una precaria calma, varios miles de exiliados tibetanos salieron ayer a la calle en todo el mundo. Cientos de personas reprocharon al Comité Olímpico Internacional (COI) su "silencio" ante su sede de Lausana (Suiza). Hubo protestas en las embajadas chinas en Katmandú, Madrid, París y Washington. En Bruselas, la policía dispersó a 200 exiliados frente a la misión china ante la UE. Hubo lanzamiento de proyectiles.