El éxodo de los rumanos que emigran a los países más prósperos de la Unión Europea (UE) en busca de empleo está provocando que los niños crezcan alejados temporalmente de sus progenitores. El fenómeno, que ya afecta a 80.000 de los cuatro millones de niños del país, se aceleró a inicios del 2007 cuando Rumanía entró a formar parte de la UE. Los destinos laborales más comunes para los rumanos son Italia, en la construcción, y España, en la agricultura.

La responsable rumana del departamento estatal de atención a la infancia, Mariela Neagu, argumentó que los padres afrontan esta separación de sus hijos como "un sacrificio para poder darles una vida mejor". El Gobierno rumano ha solicitado a Italia y España políticas lingüísticas en las escuelas para facilitar la integración de los niños.