Los familiares de los 33 mineros atrapados en el norte de Chile aguardan con expectación la primera videoconferencia que realizaran hoy en tiempo real desde que quedaron encerrados en la mina el pasado 5 de agosto. Serán alrededor de 66 minutos de felicidad, unos dos minutos por familia, gracias al sistema de fibra óptica que los equipos de rescate han instalado para comunicarse con los mineros, a 700 metros de profundidad. "Hoy será un día extraordinario, nos han dicho que la comunicación se realizará alrededor de las 16.00 horas (20.00 GMT). Tengo entendido que nos estaremos viendo las caras", señaló a Efe Rafael Peña, hermano de Edison Peña, de 34 años, uno de los mineros atrapados.

La primera comunicación directa que mantuvieron los obreros y sus familias se redujo a una conversación telefónica de poco más de treinta segundos, por lo que el contacto visual genera mucha alegría en el campamento "Esperanza". También la boliviana Verónica Quispe espera el momento para hablar con su marido, Carlos Mamani, él único extranjero entre los 33 mineros. Quispe reclamó este viernes a Efe que el presidente de su país, Evo Morales, acuda a la mina San José para darle ánimos a su esposo, que según ella ha salido poco en las imágenes, "aunque sé que abajo son todos uno sólo".

Anoche varios familiares bajaron a Copiapó, situado a unos 40 kilómetros de la mina siniestrada, debido al intenso frío que cae en el desierto de Atacama y por el temor de que sus hijos se enfermen. "Pero el sábado saldremos temprano para estar arriba en el momento que se haga la comunicación, porque necesito hablar con él. Es increíble, el que está abajo es más animoso que yo", dijo la pareja de Edison Peña.

Este sábado se desplazarán a la mina cuatro uruguayos supervivientes de la tragedia de Los Andes en 1972, aunque algunas familias creen que la visita es tardía y rechazan que la desgracia de sus seres queridos pueda convertirse en un espectáculo. "Para mi lo único que importa es que saquen a mi hijo, lo demás, es política o espectáculo para las cámaras de la televisión", dijo a Efe Alicia Campos, mientras hace guardia en el campamento junto a su hija María Herrera, hermana del minero Daniel Herrera, de 27 años.

El microbús que traslada a los familiares de Copiapó a la mina San José estaba repleto temprano este sábado por la mañana, y todos llevaban la acreditación entregada por el Gobierno para poder ingresar al campamento. El radiante sol que ilumina Copiapó no consigue aún despejar el frío del desierto, aunque las familias le hacen frente con optimismo y con la corazonada de que los mineros saldrán de las entrañas de la mina antes de los tres meses previstos por las autoridades.