El equipo de inspectores enviados por Estados Unidos a Irak no ha encontrado rastro alguno de armas de destrucción masiva, según una filtración adelantada ayer por la BBC. Una fuente de la Administración de Bush hizo saber al periodista Andrew Neil, de la cadena pública británica, que en el informe provisional del Grupo de Supervisión de Irak se asegura que no se ha encontrado "la más mínima cantidad de armas químicas, nucleares o biológicas". El informe, según reveló Neil en el programa de televisión Daily Politics , establece que es poco probable que las armas de destrucción masiva fueran enviadas por barco fuera del país a lugares como Siria, antes de que EEUU invadiera Irak.

Desde junio, un equipo de 1.400 científicos, militares y espías norteamericanos, británicos y australianos, dirigido por el consejero especial de la CIA David Kay, han buscado las armas que justificaron la guerra.

SOLO MUESTRAS DE URANIO

El grupo ha interrogado a científicos iraquís, ha revisado miles de documentos, inspeccionado archivos informáticos y tomado muestras de tierra. Al final, el resultado, de confirmarse la filtración de ayer, es que no había ni armas, ni lanzaderas, ni laboratorios para su fabricación. Lo único encontrado fueron unas muestras de uranio en una cueva, pero podrían estar allí, según los expertos, desde la primera guerra del Golfo.

Neil, antiguo director del diario The Sunday Times, dejó bien claro que no había visto el borrador del informe, pero según su fuente, en éste sólo constará el contenido de programas de ordenadores, documentos, fotos y notas que mostrarían cómo el régimen de Sadam trató de desarrollar un programa de armas químicas, biológicas y nucleares. En EEUU, un portavoz de la CIA indicó anoche que los resultados del informe no son definitivos.

Mientras, en Downing Street calificaron la filtración de "especulación sobre un borrador que no está terminado, de un informe provisional".

Si se confirma lo avanzado por la BBC, a Tony Blair no le quedará ningún argumento para seguir justificando la intervención del Reino Unido en la guerra. Durante meses, el primer ministro británico ha insistido en que las fuentes de los servicios secretos eran correctas. Su machacona respuesta es que había que esperar a que los supervisores encontraran las pruebas. "Estoy esperando a ver el informe", dijo anoche el titular de Exteriores, Jack Straw.

GOLPE A LA RESISTENCIA

Nueve iraquís, presuntos miembros de la resistencia, murieron ayer en una acción militar considerada como la más importante en un mes, según fuentes de EEUU. En varias operaciones fueron detenidos otros 40 rebeldes.

En Bagdad, una bomba, que presumiblemente debía estallar al paso de un convoy estadounidense, alcanzó a un autobús y causó la muerte de un pasajero.