Cerca de 200 trabajadores quedaron sepultados ayer bajo los escombros de una fábrica textil de Bangladesh que se derrumbó por una explosión cuyas causas aún se desconocen. Los equipos de rescate han recuperado 22 cadáveres y trabajan contra el tiempo para sacar de entre las ruinas al mayor número de heridos. Pero las tareas avanzan con lentitud exasperante, ya que los bomberos carecen de la maquinaria adecuada.

"Es la primera vez que vemos algo así", explicó el jefe de bomberos de Dhaka. La fábrica afectada está en la localidad de Palash Bari, a 30 kilómetros de la capital bangladesí. De entre los escombros se alzan lamentos de los que siguen atrapados. "Un trabajador llamó para decirnos que estaba atrapado con 20 personas", contó un policía.