Describiendo su cautiverio como un horror, la exrehén estadounidense Jill Carroll se desdijo de las críticas realizadas contra EEUU y aseguró que había sido obligada a realizar un vídeo de propaganda. En la grabación, difundida por una web islamista, Carroll había condenado la presencia militar de EEUU en Irak y había alabado a los insurgentes ante las tropas norteamericanas.

"Cosas que fui obligada a decir mientras estaba en cautividad están siendo asumidas por algunos como un reflejo riguroso de mis opiniones; no lo son", rectificó Carroll en una declaración leída por el director de Christian Science Monitor, Richard Bergenheim.