Pese al ardor con que el expresidente del Gobierno José María Aznar se sumó en el 2003 a la guerra lanzada contra Irak por el presidente de EEUU, George Bush, al exvirrey de Washington en Bagdad, Paul Bremer, no le gustó ni la actitud ni la conducta de las tropas españolas enviadas al país árabe. "Se negaban a combatir", critica ahora Bremer al recordar ciertas operaciones del contingente español, en unas memorias que acaba de publicar sobre sus 13 meses como administrador civil de Irak.

Bremer, que entre mayo del 2003 y julio del 2004 encabezó la Autoridad Provisional de la Coalición establecida en Irak por el Gobierno de Bush, no sólo arremete contra los soldados españoles. De pasada, y más suavemente, se queja también de la parsimonia con la que los soldados británicos, enviados por Tony Blair, acometieron las operaciones para la captura del clérigo shií Moktada al Sadr.

MUY IRRITADO De hecho, fue durante una rebelión de estos incondicionales del clérigo shií, en la ciudad de Nayaf cuando la actuación de los soldados españoles provocó la irritación de Bremer. Según cuenta en el libro Mi Año en Irak , las tropas enviadas por Aznar se negaron a ayudar a los soldados estadounidenses, que estaban bajo el fuego de las milicias de Sadr. "Están sentados sobre los tanques sin hacer nada", asegura en su libro.

"Es indignante; a esto lo llamo yo la Coalición de los No Dispuestos en Absoluto", añade Bremer, haciendo una referencia irónica al nombre de Coalición de los Dispuestos con que Bush bautizó al contingente de tropas que fueron a Irak.

Bremer asegura también que el mando de las tropas españolas no quiso poner en marcha un plan para impedir que Moktada huyera de la ciudad de Nayaf. "El comandante español de Nayaf Fulgencio Coll rehúsa cooperar, dice que ir a la ciudad en ese tipo de misión viola su protocolo de reglas de combate", asegura el exvirrey de Bagdad.

"COMUNICADO IDIOTA" Según su versión, el general de brigada Coll, que mandaba a las fuerzas españolas en Nayaf, había tratado de negociar con grupos leales a Moktada, que habían exigido la liberación de uno de los principales lugartenientes del clérigo shií, Mustafá al Yakubi.

"Esa mañana, los españoles difundieron un comunicado idiota sobre el arresto de Yakubi, donde se decía que las fuerzas españolas no dirigieron esta operación, que había sido llevada a cabo por la coalición de Bagdad debido a la participación de Yakubi en la muerte de un soldado estadounidense", narra Bremer en su libro. "El comunicado español debió haber sido desautorizado de principio a fin", subraya.

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