Irena Sendler, de 98 años, la mujer polaca que salvó a miles de niños judíos de un gueto de la Alemania nazi, murió en Varsovia. Tenía un frágil estado de salud y apenas salía del asilo.

El portal web del principal diario polaco, la Gazeta Wyborcza , desveló que Sendler murió en el hospital Plocka Street a primera hora del lunes, donde declinaron comentar la noticia, confirmada anoche por sus familiares.

Sendler usó su puesto de trabajadora social para sacar a unos 2.500 niños en cajas, maletas o escondidos en carritos. Una vez libres, los menores, con nuevas identidades, fueron escondidos en monasterios y repartidos entre familias polacas católicas. Durante la ocupación de su país en la segunda guerra mundial escondía los nombres de los niños y sus falsas identidades dentro de botes de conserva, enterrados bajo un manzano, cerca de su casa y de un cuartel nazi.

En 1943, Sendler, que llevó la sección infantil de la organización Zegota, que era el consejo de ayuda a los judíos, fue detenida y torturada por la Gestapo. Escapó de la ejecución cuando consiguió sobornar a unos oficiales nazis de Zegota, que la dejaron inconsciente, con piernas y brazos rotos, en un bosque.