Una excavadora que trabajaba en la construcción de una avenida de Bogotá aplastó el miércoles un autobús escolar y provocó una tragedia en la que murieron 22 niños y un adulto, que volvían de un colegio de la capital colombiana. Además, ayer, para rematar la desgracia que vive el país, 13 estudiantes y tres adultos resultaron heridos en otro accidente en el que se vio involucrado un autocar.

La enorme excavadora, que circulaba por una calzada cinco metros más alta, resbaló y cayó sobre el carril por el que pasaba el autobús, en el que una cincuentena de adolescentes volvían a casa.

El aparato, de más de 40 toneladas, aplastó el autobús, provocando 23 muertos y causando heridas a unas 27 personas más, algunas de las cuales están ingresadas con pronóstico grave. El accidente ocurrió en la avenida que conduce a Suba, una localidad populosa, que quedó cerrada varias horas, mientras medio centenar de ambulancias evacuaban a los heridos y las grúas retiraban los coches.

El alcalde de Bogotá, Luis Eduardo Garzón, pidió establecer responsabilidades.