Desde que comenzó la tragedia, el suelo no ha dejado de temblar --la noche del miércoles al jueves hubo 71 sacudidas sísmicas, la mayor de las cuales fue de 5,2 grados de magnitud en la escala de Richter. El número víctimas mortales asciende ya a 279 personas, de las que 20 son niños menores de 16 años, y el de heridos, a 1.500, según informó ayer el primer ministro italiano, Silvio Berlusconi. El primer ministro dijo que han sido asistidos 20.000 afectados en los últimos días, que hay 10.000 evacuados alojados en los hoteles de la costa, que 11.669 personas trabajan en las tareas de rescate y socorro, y que se han instalado 3.289 tiendas de campaña para los evacuados. El mandatario italiano negó que los alimentos escaseen en la zona afectada ni que se haya especulado con sus precios.

Ayer, el presidente de la República italiana, Giorgio Napolitano, visitó las zonas afectadas, entre ellas la localidad de Onna, totalmente devastada por el seísmo del pasado lunes. Allí un anciano le espetó: "Presidente no os olvidéis de nosotros, no nos olviden".