Tres décadas después de las filtraciones a dos jóvenes reporteros de The Washington Post, que culminaron con la dimisión del presidente Richard Nixon en 1974, Mark Felt, el misterioso Garganta profunda , de 91 años, entonces número dos del FBI, ha revelado su identidad no sólo para pasar a la historia con nombre y apellidos, sino también para quedarse con un pedazo del pastel económico que augura la comercialización del secreto más perseguido en los mentideros de Washington.

"Woodward se va a quedar con toda la gloria por esto, pero nosotros, al menos, podríamos hacer algo de dinero para pagar algunas facturas", dijo sin ambages la hija de Felt, Joan, a la revista Vanity Fair , que reveló la identidad de Garganta profunda .

En un principio, Joan y su hermano Mark exigieron a la publicación que se les pagase por la exclusiva, pero el director de la revista se negó, afirma el Post. Aún así, los derechos televisivos, cinematográficos y literarios de la historia auguran una mina de oro para los Felt, como lo ha sido para Bernstein, Woodward y la legión de periodistas y cineastas que lo han explotado.

Los dos periodistas comenzaron a cosechar beneficios con Todos los hombres del presidente , el libro que, en 1974, narró sus investigaciones. Este best-seller dio pie a una película. Woodward tenía ya preparado otro libro para cuando Felt falleciese. Al desbaratarse sus planes, su editorial trabaja ahora a contrarreloj para publicar esta obra.