Los rusos en Oriente Próximo: la visita de Vladimir Putin despierta viejos fantasmas de hace 30 años. En teoría, no debería ser así. Y sin embargo, la visita de Putin a Israel es toda una novedad positiva en la política exterior rusa, nada que ver con la actuación de los soviéticos en la zona. Se supone que Rusia ya no es el enemigo. Sin embargo, la mala imagen que ofrecemos de Putin --como si George Bush o Tony Blair en Oriente Próximo fueran más tranquilizadores-- junto con la conciencia de que los occidentales no están haciendo muy bien las cosas por aquellas tierras, contribuyen a recrear ese tufillo a guerra fría. Por si faltara algo, la visita se produce cuando Siria concluye su retirada del Líbano y viene acompañada con la propuesta de una conferencia internacional en Moscú. En Washington y otras capitales eso suena a injerencia y bloquearán cualquier iniciativa rusa, sobre todo si tuviera la mínima posibilidad de obtener algún éxito que pusiera en ridículo a los americanos.

*Profesor de Historia.