Colombia celebra la Navidad en ascuas. La esperanza con la que se aguardaba la liberación de tres rehenes de las FARC fue enturbiada por señales inquietantes. La agencia Anncol, que reproduce informaciones de la guerrilla, aseguró que "operativos" del Ejército "impiden" la entrega de los cautivos y advirtió de que "las vidas de Emmanuel, Clara y Consuelo corren un grave peligro". La nota cita a la senadora de la oposición Pilar Córdoba, quien señaló que la presencia militar "puede dar lugar" a un "aplazamiento" de la entrega de los rehenes "hasta tanto haya condiciones" que garanticen su "integridad y seguridad".

"No hay ningún tipo de operación militar orientada a impedir que los secuestrados sean puestos en libertad", dijo el alto comisionado para la paz Luis Carlos Restrepo.

El presidente venezolano, Hugo Chávez, ya se encuentra en su país, lo que fue interpretado como que las cosas marchaban por el camino correcto. Cuando aún estaba en La Habana, Chávez dijo que la recepción de los cautivos era una "operación delicada", pero que ya tenía "la fórmula" para llevarla a cabo.

Mientras tanto, la frontera de Venezuela con Colombia no mostraba mayor despliegue de fuerzas de seguridad. Y en Bogotá, los familiares de los secuestrados amanecieron, tras una concentración, el domingo, en la Plaza de Bolívar. La vigilia estuvo cargada de todos los presagios que envuelven a la crisis. "Canje humanitario, ya", corearon.

DESAGRAVIO El 9 de diciembre, las FARC anunciaron la decisión de poner en libertad a la excongresista Consuelo González de Perdomo, junto con Clara Rojas, compañera de Ingrid Betancourt, y el hijo que tuvo Rojas en cautiverio con un guerrillero.

Con este gesto, la guerrilla no solo buscó realizar un acto de "desagravio" a Chávez y Córdoba después de que, a finales de noviembre, Uribe cortara abruptamente la gestión mediadora que llevaban a cabo con el propósito de alcanzar un acuerdo humanitario. Al mismo tiempo, las FARC decidieron tomar la iniciativa y colocar al presidente en una situación incómoda, al menos frente a Francia, los "países amigos" de la región y ante una opinión púbica más sensibilizada con el drama colombiano.

LOS REQUISITOS La guerrilla acaba de rechazar la oferta del Gobierno de crear una "zona de encuentro" para negociar un canje entre unos 45 rehenes en su poder y unos 500 rebeldes en prisión. Para las FARC, la invitación de Uribe no cumple requisitos que creen fundamentales: que la negociación entre la guerrilla y el Estado tenga lugar a lo largo de 45 días en los 800 kilómetros cuadrados que componen los municipios de Pradera y Florida en el Valle del Cauca, y que únicamente sus hombres puedan llevar armas.