Las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) revelaron hoy al gobierno de Venezuela las coordenadas para recoger a rehenes e inmediatamente Caracas y Bogotá, junto al Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR), iniciaron preparativos para emprender la misión humanitaria.

Las dos mujeres son las mismas que esa guerrilla ofreció liberar, informó el presidente venezolano, Hugo Chávez, cuyo gobierno inmediatamente pidió autorización al de Colombia para entrar en territorio colombiano para su rescate. Las liberadas serán la ex candidata a la Vicepresidencia Clara Rojas, rehén de las FARC desde el 23 de febrero de 2002, y la ex parlamentaria Consuelo González de Perdomo, secuestrada por la misma guerrilla el 10 de septiembre de 2001.

El Gobierno de Colombia, una vez que recibió la petición, que llegó a Bogotá en un mensaje del canciller venezolano, Nicolás Maduro, a su colega colombiano, Fernando Araújo, autorizó la nueva operación. Así lo anunció el alto comisionado para la Paz, Luis Carlos Restrepo, quien precisó en una declaración que el CICR "está también en contacto con la República Bolivariana de Venezuela y el Gobierno colombiano y esperamos con ellos, y bajo sus emblemas, adelantar esta operación humanitaria".

El Gobierno colombiano, por otra parte, no cierra la posibilidad de un acompañamiento internacional en la misión humanitaria, coordinada por el CICR y el Gobierno de Venezuela, admitió el ministro de Defensa, Juan Manuel Santos. Santos precisó en Bogotá que en la operación participarán dos helicópteros venezolanos, con los emblemas del CICR, y que si se acuerda la presencia internacional, serían tres los aparatos que tomarían parte en la recogida de las secuestradas.

El ministro Santos también señaló que en esta ocasión el centro de operaciones será la localidad de San José del Guaviare, 340 kilómetros al sur de Bogotá, porque, al parecer, estaría más cerca de las coordenadas facilitadas por los rebeldes. En una primera operación fallida, en los últimos días de 2007, con presencia de garantes de siete países, la base de operaciones fue la ciudad de Villavicencio, capital del departamento del Meta, a 126 kilómetros al sureste de Bogotá.

En la tarde del miércoles, por otra parte, viajó de Bogotá a Caracas un grupo de delegados de CICR para acompañar a los helicópteros venezolanos en su entrada en territorio colombiano. Santos se reunió con altos mandos militares y con la delegada del CICR en Colombia, Bárbara Hintermann, a quien le reiteró las garantías de seguridad para la misión.

Primer intento frustrado

"Estamos cumpliendo con este compromiso del gobierno", dijo el comandante de las Fuerzas Militares, Freddy Padilla de León. Un primer intento de rescate de las mismas rehenes, con garantes de siete países, se frustró el pasado 31 de diciembre por supuestas operaciones militares en la zona prevista para la entrega, según las FARC, lo que fue negado el mismo día por el presidente colombiano, Álvaro Uribe.

Ese día Uribe reveló además que las FARC no entregaban a los rehenes porque no tenían en su poder a Emmanuel, nacido en cautiverio hace más de tres años y quien, según descubrió el Gobierno, estaba desde 2005 bajo el cuidado del estatal Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF). El pasado 5 de enero, después de que pruebas de ADN confirmaran que Emmanuel es el niño protegido por el Gobierno, las FARC admitieron en un comunicado que no tenía en su poder al menor y reiteraron que liberarían a su madre y a González de Perdomo.

En Caracas, Patricia Perdomo, hija de la ex parlamentaria, manifestó su esperanza de que "mañana (jueves) sea el gran día" en que su madre y Clara Rojas sean liberadas. Patricia Perdomo, quien se encuentra en Caracas junto a otros familiares de las secuestradas, reveló que se enteró hacía poco del anuncio público de Chávez de que el grupo rebelde había entregado las "coordenadas".

La liberación de las rehenes fue prometida por las FARC el 18 de diciembre pasado como una muestra de "desagravio" a Chávez y a la senadora opositora colombiana Piedad Córdoba, después de que Uribe cancelara su mediación en la búsqueda de un acuerdo humanitario con esa guerrilla para dejar libres a 45 rehenes por unos 500 de sus rebeldes presos.