Las Brigadas de los Mártires de Al Aqsa, brazo armado del partido del presidente palestino, Mahmud Abbás, anunciaron ayer el fin de los ataques contra Israel como contrapartida a la amnistía ofrecida por las autoridades hebreas a 178 de sus hombres perseguidos por la justicia.

Sin apenas demora, sus militantes empezaron a entregar las armas. Al menos 150 de los nombres incluidos en la lista ya han firmado un documento en el que renuncian a su militancia en la organización paramilitar y a toda actividad violenta. Esta amnistía es el más importante de los gestos realizados hasta ahora por el jefe del Gobierno israelí, Ehud Olmert, para reforzar la autoridad de Abbás en su pugna con Hamás. Ambos dirigentes tienen previsto volver a reunirse hoy. El desarme es una de las condiciones fijadas por Israel para reanudar el proceso de paz.