El ex candidato presidencial mexicano Diego Fernández de Cevallos afirmó hoy al llegar a su casa tras un secuestro de siete meses que perdona a sus captores pero que las autoridades tienen una "tarea pendiente" en relación con su caso. "Por lo que se refiere a los secuestradores, por supuesto que como hombre de fe, ya perdoné, y como ciudadano creo que las autoridades tienen una tarea pendiente pero sin abuso, sin atropello", dijo el político, que no respondió a preguntas ante los informadores. "Me encuentro bien, gracias a Dios, estoy fuerte y mi vida seguirá siendo la misma", agregó el político, con una larga barba blanca y profundas ojeras a las puertas de su casa, ubicada en Lomas de Virreyes, en Ciudad de México. "Tengo tantos motivos de agradecimiento a tantas personas conocidas y desconocidas, que me veo obligado a preparar un boletín informativo para ustedes", dijo el ex senador mexicano. Además, agradeció a los periodistas "su actitud verdaderamente profesional y humana" en los siete meses y seis días que estuvo secuestrado, durante los cuales el caso permaneció en el hermetismo. "Hubo mesura, categoría moral, se privilegió la vida de una persona. Naturalmente esto para mí representa todo", declaró el político. Fernández de Cevallos citó de memoria una frase de El Quijote con la que se identificó: "Mis arreos son las armas, mi descanso, el pelear, mi cama, las duras peñas, mi vivir, siempre luchar". Para el futuro declaró que tiene "una actitud perfectamente definida: vivir para adelante, sin miedos, sin cobardías, sin arrogancia pero con definición y con valor". El gobernante Partido Acción Nacional (PAN), al que pertenece el ex candidato presidencial, expresó en un comunicado "su más amplio júbilo" por la liberación de Cevallos, y exigió a las autoridades que se indague y castigue a los captores.