Fidel Castro cumplió ayer 82 años, casi 50 de ellos en el poder que no se resigna a delegar del todo y aún, en cierto modo, activo, opinando sobre lo que pasa en el mundo --el catastrofismo ecológico y su enemigo George Bush-- y recibiendo a dignatarios latinoamericanos que lo visitan en su lecho de convaleciente de una enfermedad de la cual no se conocen detalles.

Ahora Fidel es solo el compañero Fidel, sin otro cargo, aunque de hecho sigue siendo el primer secretario del Partido Comunista. Es protagonista de imágenes como las que trasmite la televisión en su cumpleaños, el único de un político local que hasta ahora se festeja públicamente. Fidel Castro sigue ahí, con las botas puestas.