La organización fundada por Josemaría Escrivá de Balaguer ha visto satisfechas todas sus aspiraciones durante el pontificado de Juan Pablo II. En 1982, el Opus Dei fue reconocido como prelatura personal, una especie de diócesis transnacional. En 1992, Escrivá fue beatificado y en el 2002 subió a los altares como santo. Y por primera vez, el Opus tendrá voto en el cónclave, con dos cardenales, el español Julián Herranz y el peruano Juan Luis Cipriani. Con 80.000 miembros, el Opus Dei sigue teniendo una influencia social notable. Sin embargo, en los últimos años ha encontrado un duro competidor como movimiento de referencia entre las élites de países como España y México, en los aún más conservadores Legionarios de Cristo.