El candidato conservador a la Presidencia francesa, François Fillon, defiende en una entrevista con Efe que, pese a estar imputado por supuesta malversación de fondos, gozará de "toda la legitimidad" para regenerar la democracia en su país si vence en las elecciones.

"Los franceses decidirán con su voto y mi inocencia será reconocida por la Justicia. No me deben juzgar los medios. Es algo que le corresponde a los franceses. Si soy elegido, tendré toda la legitimidad para llevar a cabo un proyecto de regeneración de la vida democrática", explica el ex primer ministro en respuestas por escrito a las preguntas de Efe.

Imputado por malversación de fondos y falsificación, entre otros delitos, Fillon (Le Mans, 1954) admite que "lo que era aceptable ayer ya no lo es hoy en día", y promete crear una comisión sobre la moralización de la vida pública para responder a la demanda de los franceses en favor de una mayor transparencia.

Las críticas lanzadas "sin descanso" contra él, añade, buscan dañarle y "privar a los franceses de la presencia del único candidato de la derecha y el centro" a las presidenciales y del único que aporta "soluciones realistas que permitirán que Francia se enderece".

La ciudadanía, en su opinión, está cansada "de la burocracia, de normas puntillosas, de reglas sin fin", y pide "oxígeno" al término del mandato socialista de François Hollande, del que el país "sale muy perjudicado".

Hay "seis millones de parados, nueve millones de franceses que viven por debajo del umbral de la pobreza, los impuestos han aumentado considerablemente y la deuda se aproxima al 100 % del PIB. Hemos sido duramente golpeados por el terrorismo y los franceses ven que la seguridad se deteriora", resume.

El representante de Los Republicanos se sitúa junto con el socioliberal Emmanuel Macron, la ultraderechista Marine Le Pen y el izquierdista Jean-Luc Mélenchon como uno de los cuatro con posibilidades de pasar a la segunda ronda de las elecciones el próximo domingo.

Y no quiere permitir el hipotético triunfo de la presidenta del Frente Nacional (FN).

"Mi determinación es inquebrantable, no puedo resignarme a dejar Francia en manos de la empresa familiar Le Pen. Esto significaría la ruina de nuestro país y de los pequeños inversores con la salida del euro. El programa del FN implica también un gasto público sin fin. Es la vieja política del endeudamiento irresponsable", sostiene.

Fillon, que ocupó la jefatura de Gobierno entre 2007 y 2012, se postula para abrir una nueva etapa después de cinco años en los que, en su opinión, el país "no ha estado gobernado, sino gestionado por el primer secretario del Partido Socialista".

Si los franceses confían en él, señala, luchará por los intereses del país "y los de la Unión Europea" y guiará su política exterior bajo el principio del "sentido común".

"No hay que ser ingenuos. Frente a los grandes bloques económicos, como EEUU o China, que defienden a capa y espada sus intereses, Francia y Europa deben hacer lo mismo", afirma Fillon.

"No se trata de cerrar fronteras, sino de fortalecer la normativa europea para proteger" el bloque comunitario, agrega.

Ese pragmatismo pretende aplicarlo igualmente a la resolución de conflictos como el sirio, en el que aboga por un diálogo "con los rusos, iraníes, estadounidenses y turcos para organizar la transición".

"Europa está en peligro de ruptura y división. Quiero reavivar el motor franco-alemán, averiado durante 5 años (...) Mi primera prioridad es hacer de la eurozona una verdadera potencia económica mundial", apunta.

La defensa de las fronteras, el control de los flujos migratorios y el desarrollo de una política de investigación e innovación se suman a los ejes inmediatos de su acción exterior, en la que promete mantener con el Reino Unido "una fuerte relación bilateral". "No voy a perder el tiempo", concluye Fillon.