El diario británico The Guardian , uno de los cinco rotativos que tuvo acceso a los cables diplomáticos estadounidenses filtrados por Wikileaks, publicó el pasado sábado los detalles de los cargos presentados por Suecia contra el fundador del portal, Julian Assange, que están basados en el testimonio de dos mujeres, Anna Ardin (a la que se identifica solo como Miss A) y Sophia Wilén (identificada como Miss W), con las que mantuvo relaciones sexuales.

La publicación de los documentos de la policía sueca, en los que se acusa a Assange de agresión sexual, ha causado gran indignación al jefe de Wikileaks, a sus abogados y a muchos simpatizantes de la web. Según el dominical británico The Sunday Telegraph , el abogado sueco de Assange, Bjorn Hurting, presentará una queja formal a las autoridades de Estocolmo, a las que exigirá que investiguen "cómo ha llegado esa información a dominio público" (lo que no deja de ser curioso, tratándose de una web especializada en filtrar documentos secretos). "No sé quién ha dado esos documentos a la prensa, pero el propósito está claro: presentar una mala imagen de Julian", manifestó el abogado de Assange.

"POLVO MALO Y VIOLENTO" Las revelaciones, más allá de lo que decida la justicia sobre si la actuación de Assange fue o no delictiva, resultan como mínimo embarazosas. Ardin asegura que tuvo con el fundador de Wikile- aks "el peor sexo" que ha tenido nunca. "No solo fue el polvo más malo del mundo, sino además violento", declaró. La acusación que parece más grave es la de que Assange tuvo sexo con Wilén "sin preservativo, mientras ella estaba dormida", lo que, según la legislación sueca, equivale a una violación.

En una entrevista publicada ayer por El País , Assange defendió su inocencia. Afirma que la alegación de que mantuvo relaciones sexuales con una mujer dormida "es falsa; como la mayor parte en este caso". "No me gusta ver la palabra violación junto a mi nombre. Nunca he tenido una relación sexual con nadie sin consentimiento", añade.

Assange asegura que ha sido amenazado de muerte. "Recibo amenazas de muerte todo el tiempo. Mi abogado las recibe, mis hijos las reciben". Y añade que "la mayoría parece provenir de miembros de las Fuerzas Armadas norteamericanas".

A juzgar por su relato, los días que pasó en prisión fueron como una pesadilla. Dice que fue trasladado tres veces. "Todas las celdas por las que he pasado estuvieron siempre cerradas, al contrario de lo que ocurre con otros presos". Estuvo en un ala donde los presos "corren un peligro físico respecto de otros prisioneros o guardas, gente que supuestamente ha sido condenada por delitos sexuales, asesinatos de niños... Yo no podía salir de mi celda".