La pugna sigue en México. El candidato de izquierdas, Andrés Manuel López Obrador, que no aceptó el resultado electoral, logró llenar ayer la plaza del Zócalo, donde sus seguidores celebraron una verbena popular con motivo de las fiestas patrias . La iniciativa obligó al presidente, Vicente Fox, a cambiar el escenario del tradicional Grito en aras, dijo, de "la concordia".

Un portavoz del Gobierno dijo que Fox desistió de encabezar el festejo patrio en la céntrica plaza porque se descubrió un plan de izquierdistas radicales para "causar violencia, incluyendo muertes".

Tras la verbena, los seguidores de López Obrador levantaron los 47 campamentos del centro de la capital, desde los que han protestado durante mes y medio por un indemostrado fraude electoral. Pese al revés judicial, un nutrido grupo de partidarios tomaron el Zócalo, colocaron vallas, y mantuvieron el control de la plaza tras largos forcejeos con los miembros del estado mayor presidencial, el cuerpo militar de élite que se encarga de la seguridad del presidente y su sucesor.

Finalmente, Fox tomó la decisión de cambiar de escenario y López Obrador, a cambio, renunció también al Grito. Se encargó de hacerlo el alcalde, Alejandro Encinas.