La campaña para la segunda vuelta de las legislativas francesas se cerró anoche con las mismas expectativas de una victoria arrolladora de la Unión por un Movimiento Popular, pese a que los socialistas (PS) han aprovechado esta semana el primer error del Gobierno, la confirmación de que está en estudio la implantación del llamado IVA social, que la mayoría de los franceses rechazan por considerar que entrañará un alza de precios y penalizará a los franceses más modestos.

Entre las dos vueltas de las legislativas, el primer ministro, François Fillon, encargó a sus expertos en economía un estudio sobre la implantación del IVA social, es decir, el aumento del tipo medio del impuesto del 19,6% al 24,6%.

Desde que se anunció el regalo fiscal, con exclusión del IRPF de las horas extras, deducción de los intereses hipotecarios y eliminación del impuesto de sucesiones, los socialistas habían venido alertando de que se preparaba un aumento del IVA. Es decir, para rebajar los impuestos directos --los más progresivos-- a unos pocos, el presidente Nicolas Sarkozy iba a subir los indirectos, que afectan a todos los consumidores por igual, sean pobres o ricos.