Los franceses despertaron ayer con una noticia que no por esperada fue menos dolorosa: la muerte del exprimer ministro Raymond Barre, hospitalizado desde el pasado mes de abril en París a causa de problemas renales y cardiacos. Barre falleció a los 83 años tras una trayectoria política tan tardía como apreciada. Todas las fuerzas democráticas elogiaron la aportación de este economista independiente al Gobierno del centrista Valéry Giscard d´ Estaing, entre 1976 y 1981.

"Francia acaba de perder a uno de sus mejores servidores", afirmó el expresidente Giscard. Europeísta convencido, Barre fue un político atípico, que defendió siempre su independencia de espíritu y sus convicciones. Famoso por su tenacidad y por declarar la guerra a la demagogia, el exprimer ministro acostumbraba a llamar a las cosas por su nombre. Su actitud no siempre fue comprendida por todos los franceses, que tardaron en apreciar su labor --especialmente sus logros en el terreno de la economía-- al frente del Gobierno. El expresidente Jacques Chirac subrayó que Francia "pierde un gran economista, un político comprometido con la modernización de su país y un gran europeo". Nicolas Sarkozy, por su parte, elogió el "espíritu libre e independiente" de Barre, cuyo funeral se celebrará hoy en París.

PRECURSOR DEL EURO En las filas socialistas, Jacques Delors expresó su tristeza por la pérdida del exprimer ministro, que en 1988 se presentó a las elecciones presidenciales y fue alcalde de Lyón durante 6 años. Delors evocó el papel desempeñado por Barre como vicepresidente de la Comisión Europea, cargo que desempeñó entre 1967 y 1973, y su aportación en el terreno económico, presentándole como uno de los precursores del euro.

La única mancha que consta en el expediente de Barre son unas declaraciones antisemitas. Hace poco menos de dos años, defendió a Maurice Papon --que formó parte de su Gobierno antes de descubrirse su participación en el holocausto-- y opinó que existe un lobby capaz de "operaciones indignas".