Francia aceptaría acoger a guerrilleros de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) si se llega a un acuerdo para canjear rehenes en manos de la guerrilla por activistas presos en cárceles colombianas. El anuncio se produce un día después de que las FARC comunicaran la liberación de tres rehenes, entre ellos la excandidata a la vicepresidencia Clara Rojas, secuestrada junto a la franco-colombiana Ingrid Betancourt.

"El presidente colombiano Alvaro Uribe me indicó que deseaba que Francia pudiera acogerlos. Francia señaló que estaba disponible, con otros países europeos y de América Latina, para hacerlo", declaró ayer el primer ministro, François Fillon.

En un gesto inédito --nunca antes habían tomado una iniciativa unilateral de este tipo--, las FARC anunciaron el martes la próxima puesta en libertad de Clara Rojas, su hijo de tres años Emanuel, concebido en el cautiverio con un guerrillero, y la diputada colombiana Consuelo González de Perdomo. Rojas y Betancourt fueron secuestradas el 23 de febrero del 2002, pero, mientras que la última prueba de vida de la rehén franco-colombiana data de octubre, de su compañera no se tienen noticias desde agosto del 2003. González está secuestrada desde el 2001.

El presidente francés, Nicolas Sarkozy, se felicitó del anuncio de las FARC y expresó su esperanza de que "se iniciará un movimiento que conduzca a la liberación de Ingrid Betancourt y de todos los rehenes cuyo estado de salud justificaría un gesto humanitario inmediato", dice un comunicado del Elíseo.

En su comunicado, las FARC eluden cualquier consideración humanitaria y presentan la liberación como "un gesto de reconocimiento" a Hugo Chávez y a las familias de los rehenes que protestaron por la abrupta interrupción por parte de Uribe, el 21 de noviembre, de la mediación protagonizada desde agosto por el presidente venezolano.

UNA DECADA La mediación pretendía canjear 500 guerrilleros encarcelados en Colombia por 45 rehenes de las FARC. Tres de ellos llevan más de 10 años secuestrados. Uribe interpretó la iniciativa de la guerrilla como un gesto hacia Chávez, confió en que se produzca la liberación, a la que dio la "bienvenida", y agregó que las FARC deberían liberar a todos los rehenes "unilateral e incondicionalmente".

El presidente colombiano añadió que la desmilitarización de dos poblaciones, Florida y Pradera, en el valle del Cauca, exigida por las FARC para negociar, "no es necesaria para la liberación, es un atropello a la ciudadanía". La guerrilla rechaza la "zona de encuentro" ofrecida por el Gobierno en lugar de desmilitarizar las dos localidades citadas. Esta falta de entendimiento llevó ayer a la senadora colombiana Piedad Córdoba, que ejercía de mediadora junto a Chávez, a temer que el Gobierno de Uribe frustre la operación para liberar a los tres rehenes.