Sea quien sea el ganador de las elecciones de hoy en Francia, el nuevo presidente de la República representará con seguridad un cambio con relación a la política llevada a cabo en los últimos años y será un hombre o una mujer de una nueva generación, de poco más de 50 años de edad, frente a la gerontocracia de los últimos mandatarios. El conservador Nicolas Sarkozy es el favorito frente a la socialista Ségolène Royal.

Los últimos sondeos, hechos públicos el viernes por la noche, han ampliado la ventaja de Sarkozy sobre Royal, aunque la última palabra la tienen los 44,5 millones de franceses que ayer empezaron a votar en los departamentos y territorios de ultramar de Saint-Pierre y Miquelon, Guadalupe, Martinica y la Polinesia francesa, así como los franceses residentes en el continente americano. La policía ha previsto para hoy un despliegue especial para evitar incidentes al conocerse los resultados.

Los institutos BVA e Ipsos otorgaban a Sarkozy 10 puntos de ventaja sobre Royal (55% contra 45%) mientras que la distancia era de nueve puntos para Sofres (54,5%-45,5%) y de seis (53%-47%) para Ifop y CSA. La diferencia subió tras el debate del miércoles que, para Ipsos, ganó el candidato de la Unión por un Movimiento Popular (UMP), según el 40% de los consultados, frente al 26% que se inclina por Royal.

ULTIMO LLAMAMIENTO "Hagamos mentir a todos estos sondeos" publicados "por los medios de comunicación amigos del poder", dijo Royal, el viernes, en Lorient (Bretaña).

Al margen de los sondeos, la condición de favorito de Sarkozy se desprende de la correlación de fuerzas establecida en la primera vuelta del 22 de abril, en la que el candidato de la UMP llegó en primer lugar con 11,3 millones de votos (31,1%) y Royal quedó segunda con 9,4 millones (25,8%). Con la reserva de votos de la abstención prácticamente agotada, debido a la participación excepcional del 84,6%, la clave está en los 15,2 millones de electores que votaron a la extrema derecha, a la extrema izquierda y al centro.

Para superar los casi dos millones de votos de ventaja de Sarkozy en la primera vuelta, Royal necesitaría la práctica totalidad (un 80%) de la extrema izquierda (3,8 millones), dos tercios de los votos del centrista François Bayrou, que recogió 6,7 millones, y en torno al 20% de los sufragios de Jean-Marie Le Pen y Philippe de Villiers (4,4 millones). Los votos de la extrema izquierda no están asegurados porque pueden ir a la abstención y el voto centrista se ha enfriado, según algunos sondeos.