El Gobierno francés confirmó ayer la participación de sus soldados en una operación militar contra los terroristas de Al Qaeda en el Magreb Islámico (AQMI) --que mantienen retenidos a un ciudadano francés y a los cooperantes españoles Albert Vilalta y Roque Pascual-- en el norte de Mali, bastión africano de los discípulos de Bin Laden. Las fuerzas francesas actuaron de apoyo al Ejército de Mauritania.

El ataque se produjo en la madrugada del pasado jueves cerca de la localidad de Tessalit y acabó con la muerte de siete terroristas y con la incautación de un importante arsenal de explosivos, armas, municiones, documentos y aparatos de orientación y comunicación. La operación hubiera sido un éxito si no fuera porque el objetivo de la operación era otro: intentar rescatar al rehén francés, Michel Germaneu, de 78 años, que desde el pasado mes de abril se encuentra en el desierto, en manos de una facción de Al Qaeda bajo la dirección del terrorista argelino Abú Zeid.

FECHA DEL ULTIMATUM Fuentes del espionaje estadounidense en la región de Gao, situada al norte de Malí, aseguraron a este diario que el verdadero objetivo de la operación militar que se llevó a cabo era "salvar la vida del rehén" antes de que venciera, el pasado lunes, el ultimátum anunciado por los terroristas.

Sin embargo, la operación que lideró y ejecutó el Ejército mauritano, aunque con el apoyo técnico y logístico de los militares franceses, fracasó en el último momento porque Germaneu no se encontraba retenido en el campamento previsto. Si Mauritania no libera a presos islamistas, los extremistas amenazan con matar al rehén francés. Después del fallido ataque, la vida de Germaneu pende, aún más si cabe, de un hilo.

Las autoridades francesas y mauritanas explicaron ayer, en comunicados separados, que la ofensiva militar fue preventiva, ya que los servicios de espionaje del Gobierno mauritano de Mohamed Uld Abdelaziz habían informado de que AQMI planificaba llevar a cabo un ataque para el próximo 28 de julio contra una base militar mauritana ubicada en Basiknu, a unos 1.500 kilómetros al este de la capital, Nuakchot.

OBJETIVO NO RECONOCIDO Ninguno de los dos países que orquestaron la operación quiso sin embargo reconocer que el objetivo consistía en realidad en rescatar a Germaneu. "Ha sido un operación preventiva para defender el territorio mauritano" --afirmó a este periódico el ministro de Comunicación de Mauritania, Hamdi Uld Mahjub-- "Conocíamos la amenaza e intervenimos con la ayuda de los franceses como podía haber sido con los americanos".

Durante los enfrentamientos, además de los siete terroristas muertos, otros cuatro consiguieron huir, uno de ellos gravemente herido.