Los periodistas franceses Christian Chesnot y Georges Malbrunot, liberados el martes tras cuatro meses de cautiverio en manos de la insurgencia iraquí, fueron recibidos ayer como héroes en el aeropuerto militar de Villacoubley, en las afueras de París, adonde llegaron a bordo de un avión militar francés acompañados por el ministro de Asuntos Exteriores, Michel Barnier.

"Nunca perdimos la esperanza", fueron las primeras palabras de Malbrunot al pisar suelo francés. Visiblemente más afectado, su compañero de cautiverio precisó: "Estamos bien, hemos vivido una experiencia muy difícil, aunque no perdimos la esperanza". Al pie de la escalerilla del avión esperaban sus familias respectivas, muertas de frío y sin poder contener la emoción.

También acudieron a recibirles las principales autoridades del país, comenzando por el presidente, Jacques Chirac, que interrumpió sus vacaciones en Marraquech para estar presente en la llegada de los exrehenes. Junto al primer ministro, Jean-Pierre Raffarin, y a la ministra de Defensa, Michele Alliot-Marie, se encontraba el chófer y guía sirio que fue secuestrado con los periodistas y liberado después. Una nube de cámaras y micrófonos pugnaban por obtener la primicia de sus declaraciones.

BUENA FORMA FISICA Aparentemente en buena forma física y mental, Malbrunot y Chesnot, tras reunirse brevemente en privado con sus familiares, improvisaron una corta rueda de prensa para ofrecer a sus colegas sus primeras impresiones.

"¿Cómo pudieron ustedes aguantar?", preguntó un periodista. "No teníamos otra solución, cuando se es rehén no hay más remedio que aguantar y decirse que cada día que pasa se acerca más el fin". Y desde el principio, a tenor de sus declaraciones de ayer, creyeron que este final sería feliz.

Sin embargo, arremetieron contra varios intentos fallidos de liberación, uno de ellos el que llevó a cabo el diputado ultraconservador Didier Julia y sus secuaces. Malbrunot calificó a sus liberadores de "impostores y mitómanos", que pusieron en peligro "la vida de dos compatriotas". Ambos sólo dijeron sentir "desprecio" por ellos.

INICIATIVA FRANCESA El primer ministro francés, Jean-Pierre Raffarin, aseguró ayer que la liberación de los dos reporteros se debía únicamente a la actuación de las autoridades francesas, y aseguró que no se había pagado ningún rescate.

La cadena de televisión France 2 informó de que fueron los servicios secretos franceses de la Dirección General de la Seguridad del Territorio (DGSE) quienes recuperaron a los rehenes el martes por la tarde en Bagdad en un edificio próximo al aeropuerto y sin que se informara de ello a las autoridades estadounidenses ni al Gobierno iraquí. La cadena, que citaba "varias fuentes" sin querer identificarlas, aseguró que había existido un intento previo fallido de rescate porque los secuestradores temían por su seguridad. Un avión de transporte militar C-130 Hércules les sacó a primera hora de ayer de Bagdad rumbo a un aeropuerto militar de Chipre, en donde hicieron una breve escala antes de poner rumbo a París. Fue Malbrunot el primero en descender del avión, seguido de Chesnot.

Ambos, que presentaban un aspecto saludable, se fundieron en un abrazo con sus respectivas madres y después fueron saludando al resto de sus familiares.

Tras permanecer en un discreto segundo plano, el presidente francés, Jacques Chirac, se aproximó a los periodistas para darles la mano y acogerles oficialmente a su llegada a Francia, bajo la lluvia y con un frío intenso.

Chesnot y Malbrunot se preguntaban ayer con gran lucidez si vale la pena ir a Bagdad para trabajar como periodistas en una situación tan peligrosa.