La inesperada invitación al grupo islamista Hamás para visitar Rusia que el presidente ruso, Vladimir Putin, lanzó el jueves en Madrid mereció ayer el apoyo de Francia, y duras críticas de Israel, que se siente traicionado por Moscú. París afirmó, a través de un portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores, que la iniciativa rusa "puede contribuir a avanzar en los objetivos de la comunidad internacional respecto a Hamás".

"Compartimos con Rusia el objetivo de guiar a Hamás hacia posiciones que puedan contribuir a alcanzar la meta de dos estados que vivan en paz y seguridad", afirmó el portavoz francés, Denis Simonneau. Eso sí, Francia, siguiendo la política de la Unión Europea (UE) y la que se suponía que era la del Cuarteto (las Naciones Unidas, EEUU, la UE y Rusia), sólo mantendrá contactos con Hamás si renuncia a la violencia y reconoce tanto a Israel como los acuerdos de Oslo.

GANAR PROTAGONISMO Las declaraciones de Putin son consideradas de forma generalizada como un intento de ganar protagonismo internacional. Según matizó ayer el enviado especial ruso a Oriente Próximo, Alexander Kaluguin, su objetivo es intentar que Hamás deje sus posiciones extremistas, apueste por el diálogo y reconozca a Israel. Es decir, según Moscú, su pretensión es la misma que la del resto del Cuarteto --el secretario general de la ONU, Kofi Annan, declaró que "hay que dar tiempo a Hamás para que cambie"--, y la única cosa que modifica la invitación es el método empleado.

Así las cosas, la comunidad internacional afronta una nueva variante del viejo y agotador debate de si hay que hablar o no con los grupos armados. Israel y Estados Unidos tienen muy claro que no. "Cualquier debilidad tendrá un efecto pernicioso no sólo para Israel, sino para los palestinos y para la comunidad internacional", declaró la titular de Asuntos Exteriores israelí, Tzipi Livni. La primera consecuencia puede ser un enfriamiento de las nunca sencillas relaciones entre rusos e israelís.

"Putin nos ha dado una puñalada por la espalda", dijo el ministro israelí Meir Sheetrit, quien adelantó que Moscú no puede tener ahora ningún papel en el proceso de paz.

RESPETO DE EEUU Tras una virulenta reacción inicial, EEUU, por su parte, aseguró respetar la "decisión soberana" de Moscú. La secretaria de Estado estadounidense, Condoleezza Rice, recibió ayer, en una conversación telefónica, "garantías" del ministro ruso de Asuntos Exteriores, Serguei Lavrov, de que el Kremlin exigirá a los islamistas de Hamás respetar los principios de la declaración del Cuarteto para Oriente Próximo.