El Frente Polisario puso ayer en libertad a los últimos 404 prisioneros de guerra marroquís y pidió al Gobierno de Rabat que a cambio "lleve a cabo una apuesta por la paz y el diálogo" para solucionar el conflicto del Sáhara occidental. El movimiento independentista saharaui culmina de esta manera la liberación de los 2.100 presos de la guerra con Marruecos (1975-1989). Algunos llevaban más de 20 años en su poder.

La liberación de los últimos prisioneros de guerra marroquís no hubiera sido posible sin la mediación de EEUU. El presidente de la comisión de Relaciones Exteriores del Senado estadounidense, Richard Lugar, supervisó la ceremonia de entrega de los presos celebrada en el campamento del Polisario en Tinduf, en suelo argelino. Los prisioneros fueron entregados al Comité Internacional de la Cruz Roja y posteriormente a las autoridades de EEUU. Washington fletó dos aviones para trasladarlos anoche al puerto marroquí de Agadir.

El Polisario entiende la liberación como un gesto al que Rabat está obligado a responder. "Se trata del gesto número mil del Frente Polisario, que desafía a Marruecos a que lleve a cabo una apuesta por la paz y el diálogo", declaró el embajador saharaui en Argelia, Mohamed Yeslem. Los independentistas exigen ahora que Rabat informe sobre la suerte de medio millar de desaparecidos desde 1975 y que ponga en libertad a 150 prisioneros de guerra saharauis y a los 35 detenidos durante las manifestaciones en El Aaiún en mayo pasado.

SATISFACCION EN LA ONU El secretario general de la ONU, Kofi Annan, expresó su "reconocimiento a todas las partes implicadas" en la liberación, que tachó de "paso positivo". Por su parte, el Gobierno español divulgó un comunicado en el que expresó su esperanza en que la puesta en libertad de los prisioneros sirva para crear "una atmósfera de confianza" entre los saharauis y Rabat.