Hace una semana, el secretario de Defensa de EEUU, Donald Rumsfeld, dijo en Bagdad que los iraquís debían asumir su propia seguridad, a pesar de que en la convención de Ginebra se estipula que la potencia ocupante debe proveer un mínimo de estabilidad y seguridad al país invadido. Ayer, precisamente esas fuerzas policiales iraquís con las que EEUU colabora en la seguridad de algunos núcleos urbanos fueron tiroteadas por soldados norteamericanos, con un resultado de al menos ocho agentes iraquís y un empleado hospitalario jordano muertos y otros cinco heridos.

Según los agentes iraquís, tres vehículos policiales perseguían de madrugada a un BMW en las proximidades de Faluya, a 50 kilómetros al oeste de Bagdad, supuestamente con varios delincuentes en su interior. No lejos del Hospital Jordano, perdieron de vista al vehículo y dieron la vuelta, cerca de un puesto de control de EEUU. En ese momento, soldados estadounidenses abrieron fuego, en un tiroteo que duró unos 45 minutos, según el iraquí Asem Mohamed. Los guardias del Hospital Jordano también dispararon, lo que hizo que los tres vehículos de policía quedaran atrapados en el fuego cruzado.

El mando militar de EEUU emitió anoche un comunicado en el que aseguró que sus soldados fueron atacados con lanzagranadas cerca del Hospital Jordano, y que en el ataque un soldado de EEUU y otros cinco "individuos neutrales" resultaron heridos. Ni siquiera se especifica que el comunicado se refiere al mismo incidente.

En Faluya, bastión de la resistencia fiel a Sadam Husein, donde las tropas de EEUU han sufrido numerosas bajas, los locales temen que el incidente dispare la tensión. De hecho, tras el tiroteo, cientos de manifestantes se congregaron en el centro urbano en protesta por la presencia de las fuerzas estadounidenses.

DOS AMERICANOS MUERTOS

En el otro extremo del triángulo suní , en Ramadi, un nuevo ataque de la resistencia causó la muerte a dos soldados estadounidenses e hirió a otros siete. Otros tres militares de EEUU resultaron heridos en el ataque con explosivos a un convoy que circulaba por la carretera que une Faluya y Bagdad. En esa carretera hubo tres ataques contra fuerzas estadounidenses en cinco horas. Tres civiles iraquís, dos de ellos niños, resultaron heridos por los disparos de respuesta estadounidenses. En la región de Kirkuk, al norte de Irak, un civil murió y otro resultó herido en las mismas circunstancias.