La verdad es tozuda, sea cual sea la versión oficial. El coche en el que era evacuada la periodista Giuliana Sgrena no iba deprisa, lo dicen ella y los dos agentes heridos que la acompañaban. Habían rebasado ya varios puntos de control cercanos al aeropuerto, y sobre todo, el coche recibió más de 300 disparos.

Las principales cadenas norteamericanas de televisión, una hora después de que Berlusconi ya hubiese hablado con Bush, seguían sin hablar del hecho. ¿Cuántos periodistas han muerto a manos del ya famoso fuego amigo? Macabra metáfora.

*Catedrático de Ciencia Política.