Al menos 41 milicianos iraquís murieron ayer, según fuentes militares norteamericanas y británicas, en diversos ataques del Ejército del Mehdi, leal al cabecilla radical shií Moktada al Sadr, contra tropas de EEUU y de Gran Bretaña en Bagdad y en el sur del país. El parte de guerra de la jornada de ayer se completa con el asedio de los radicales shiís a los cuarteles generales de la coalición en Nasiriya y un ataque con granadas de mortero en Mosul, al norte, contra iraquís que esperaban alistarse en el Cuerpo de Defensa Civil Iraquí, embrión del futuro Ejército.

REBELION GENERAL Los sucesos de ayer en la carretera que une las ciudades sureñas de Amara y Basora demuestran una vez más que la rebelión shií, encabezada por Sadr, se ha generalizado y afecta a todas las fuerzas militares de la coalición. Los soldados británicos tuvieron que hacer frente a tres emboscadas en la ruta, ataques que dejaron además a dos soldados británicos heridos.

Todo ello sucedía mientras continuaban los combates en Kerbala y Nayaf, después de que los tanques de EEUU irrumpieran la víspera en el cementerio sagrado shií y resucitaran en la memoria de muchos iraquís las escenas de 1991, cuando el Ejército de Sadam aplastó a sangre y fuego la revuelta shií.