Las fuerzas de seguridad iraquís pusieron ayer en marcha la operación militar más importante llevada a cabo en Bagdad desde la caída de Sadam Husein con el propósito de limpiar la capital de insurgentes. En un comunicado colgado ayer en internet, el grupo que lidera Abú Musab al Zarqaui aseguró que el líder de Al Qaeda en Irak ya se ha recuperado de sus heridas y que se ha puesto al frente de la organización para afrontar la ofensiva gubernamental, que arrancó de madrugada con la detención de más de 500 personas.

El plan diseñado por los ministerios de Defensa y de Interior contempla cercar la capital y sembrarla de controles, tanto fijos como móviles.

40.000 SOLDADOS Y POLICIAS En la operación militar participan más de 40.000 soldados y policías iraquís apoyados por unos 10.000 militares estadounidenses. La capital se ha dividido en varios sectores. Las fuerzas de seguridad rastrean calle a calle, buscan armas e insurgentes en los inmuebles e intentan localizar posibles coches bomba, el arma predilecta de los rebeldes.

Bagdad toma así la iniciativa militar tras la incertidumbre y desgobierno que generó la larga y difícil negociación para formar el actual Ejecutivo del primer ministro Ibrahim Yafari, que vio la luz el 28 de abril. Desde entonces, más de 700 personas han muerto en Irak víctimas de la insurgencia. Con esta ofensiva, bautizada operación Trueno, el Gobierno de Yafari quiere recuperar el tiempo perdido y mostrar que es capaz de hacer frente a los grupos rebeldes.

La insurgencia atacó ayer dos comisarías y dos controles de las fuerzas de seguridad en tres barrios de Bagdad. Tres civiles murieron y 15 personas resultaron heridas. Un coche bomba estalló junto al Ministerio del Petróleo y mató a dos guardas de seguridad. En Yusufiya, nueve soldados iraquís murieron en otro ataque. Al sur del país murió un soldado británico tras estallar una bomba al paso de un convoy militar.

El comunicado de ayer de Al Qaeda apareció horas después de que el diario británico Sunday Times asegurase que Zarquai fue herido por un misil de EEUU hace tres semanas cerca de Al Qaim, junto a la frontera con Siria. Según el rotativo, que cita como fuente a un dirigente rebelde, el terrorista tenía en el tórax varios trozos de metralla. Tras recibir las primera curas en un hospital de Ramadi, Zarqaui fue trasladado a Irán, extremo que ayer desmintió Teherán.