El expresidente peruano Alberto Fujimori fue detenido ayer en Santiago de Chile, donde aterrizó por sorpresa en la tarde del domingo, y quedó a disposición de la justicia chilena, que deberá decidir si acepta una demanda de extradición emitida por las autoridades de Lima. El Chino pidió su libertad provisional, que le fue denegada, y fue trasladado a la Escuela de Gendarmería, donde puede permanecer hasta dos meses a la espera de que se resuelva su caso.

La llegada de Fujimori, prófugo de la justicia peruana desde el año 2000, provocó más sobresaltos en la relación bilateral entre ambos países, enturbiada desde que el Congreso peruano promulgase la semana pasada una ley que pone en duda el límite marítimo acordado a mediados del siglo pasado con Chile. El exmandatario llegó a Santiago como un turista más. Se alojó con otra identidad en el lujoso Hotel Marriot, en el que había reservado semanas atrás, y fue arrestado cuando su presencia adquirió tintes escandalosos.

REPROCHE AL GOBIERNO Michelle Bachelet, exministra de Defensa y candidata oficialista a la presidencia, que encabeza las encuestas, pidió explicaciones a la Policía de Investigaciones. "Este hombre tiene (pendiente) una orden de busca y captura internacional. Tendría que haber sido detenido en ese momento", espetó al Gobierno. El presidente Ricardo Lagos tomó nota del problema. "No es que el Gobierno se haya hecho a un lado, el Gobierno no está en condiciones, una vez que una persona ha entrado en el país, de expulsarla", respondió Lagos.

Descartada la expulsión, y tras una conversación entre el canciller chileno Ignacio Walker y el presidente peruano, Alejandro Toledo, el Chino quedó detenido en régimen preventivo a la espera de que se resuelva su extradición. Existe para ello un acuerdo bilateral de 1932. "El poder judicial chileno", dijo Walker, "actuará según el Derecho" con la presidencia del Gobierno "ante un tema que ya no es político".

Después de esa señal, Toledo envió a Santiago una delegación de alto nivel integrada por el ministro de Interior, Rómulo Pizarro, el jefe de procuradores anticorrupción, Antonio Maldonado, el jefe de la Interpol en Perú, coronel Carlos Medel, y el asesor de la Cancillería de Asuntos de Carácter Jurisdiccional Internacional, Javier Ciurlizza. "Fujimori no burlará la justicia", dijo el presidente. "Buscaremos sustentar la acusación en su contra de la mejor manera", dijo Pizarro.

"BASTANTE IMPRUDENTE" Para Walker, con su intempestiva llegada a Santiago, Fujimori fue "bastante imprudente y bastante, bastante irresponsable", teniendo en cuenta que se vive "la semana más difícil que tal vez hayamos tenido con Perú en la ultima década". Los motivos de su viaje eran desconocidos para algunos observadores. Algunos partidarios de Fujimori especularon que su jefe eligió Chile convencido de que es un país reticente a dar extradiciones.

En Lima se dijo que fue Japón el que, tras haber rechazado dos solicitudes de extradición peruanas por considerarle ciudadano japonés, le sugirió que se fuera ante la amenaza de Perú de llevar el contencioso ante el Tribunal Internacional de La Haya.