La oposición iraní asegura que acudieron cientos de miles de simpatizantes. La policía local reduce la cifra a decenas de miles. Sea cual fuere la cifra de asistentes, los funerales por el líder espiritual de la oposición iraní, el gran ayatolá Husein Alí Montazeri, fallecido a los 87 años el domingo de un paro cardíaco, se transformaron en otro acto de desafío contra el régimen de Teherán, que acabó con graves incidentes entre manifestantes y fuerzas del orden. El Gobierno de Teherán prohibió a la prensa extranjera que cubriera el acto.

Después del funeral, la policía actuó contra un grupo de simpatizantes opositores que corearon eslóganes hostiles al Gobierno ante la misma casa de Montazeri, según la web de la oposición Keleme.org. Los manifestantes lanzaron piedras contra las fuerzas del orden. La masa de opositores llegaron a llamar "dictador" al presidente iraní, Mahmud Ahmadineyad, y a corear: "Montazeri no ha muerto; es el Gobierno el que ha muerto".

Las exequias tampoco estuvieron exentas de incidentes. Mientras los opositores acompañaban los restos del difunto al mausoleo de Masumeh, milicianos favorables al Gobierno exhibieron pancartas hostiles al ayatolá desaparecido. Todos pertenecían a Ansar Hizbulá, movimiento favorable al régimen.

DELFIN DE JOMEINI Teólogo y respetado jurista, el ayatolá Montazeri era uno de los teóricos de la Revolución Islámica de 1979, y uno de los artesanos de la Constitución de la República Islámica. Muy cercano al imán Jomeini, fue su delfín oficial varios años. Ultimamente, se había convertido en una figura emblemática de la oposición reformista en el seno del régimen.