Jamás regresaré a Srebrenica para instalarme; no quiero vivir al lado de aquéllos que han asesinado a mi familia". Entre sollozos, Raza Atic, una musulmana de 31 años, volvió ayer desde Sarajevo a la ciudad que la vio nacer para enterrar a su abuelo Abdulá, que en 1995 tenía 75 años, y participar en la ceremonia funeraria por 282 de los cerca de 7.000 bosniomusulmanes ejecutados el 11 de julio de 1995 por tropas serbobosnias. Muchos son víctimas sin identificar de la peor masacre en Europa desde la segunda guerra mundial.

Raza ya enterró a su esposo Nezir en marzo. Envueltos en tela verde, el color del islam, los ataúdes fueron inhumados en medio del silencio y el dolor contenido, mientras un imán pronunciaba la tradicional plegaria islámica por los fallecidos. Centenares de jóvenes empuñaron palas y comenzaron a cubrir con arena las tumbas de sus familiares.

"UN DESAFIO A SUPERAR"

"El camino hacia Europa comienza aquí", proclamó Mustafá Ceric, jefe de la comunidad islámica de Bosnia. "Queremos creer que un porvenir mejor para todos nosotros comienza aquí, ya que Srebrenica representa un gran desafío que Europa debe estar dispuesta a superar", añadió, antes de concluir: "El 11 de julio está inscrito como una fecha de gran vergüenza para la humanidad, que no logró impedir la masacre de Srebrenica".

En la ceremonia religiosa participaron más de 10.000 musulmanes de Bosnia. Las cerca de 300 víctimas enterradas ayer reposarán junto a los restos de otras 600, las primeras en ser identificadas, que fueron enterradas a finales del pasado mes de marzo.

Unos 2.000 agentes de la policía serbobosnia garantizaron la seguridad de la ceremonia, aunque su presencia fue discreta para evitar provocaciones. En el centro de la localidad de Srebrenica, poblada principalmente por musulmanes, reinaba ayer una tensa calma. En los muros de los comercios regentados por musulmanes, unas pintadas: "No olvidaremos jamás Srebrenica".

El primer ministro serbobosnio, Dragan Mikerevic, asistió a los funerales. Es el primer jefe del Gobierno serbio de Bosnia en realizar tal gesto. En su intervención, Mikerevic deseó "un mejor porvenir" para todas las comunidades que viven en Bosnia. La mayoría de la comunidad serbia de Bosnia aún se niega a aceptar que sus fuerzas participaron en la muerte de miles de musulmanes.

NEGACION DEL GOBIERNO

Las autoridades serbias de Bosnia minimizan el número de víctimas. Ocho años después, los principales responsables de la masacre, el comandante de las fuerzas serbias, Ratko Mladic, y el exlíder de los serbios de Bosnia, Radovan Karadzic, han logrado escapar a la justicia internacional.

La matanza sucedió en las postrimerías de la sangrienta guerra de Bosnia. Entre los cargos contra el expresidente yugoslavo Slobodan Milosevic, al que juzga el Tribunal Penal Internacional para la antigua Yugoslavia (TPIY) se encuentra el de genocidio en Srebrenica. El TPIY ha condenado a 46 años de prisión por la matanza al general serbobosnio Radomir Krstic.

La Comisión Internacional de Búsqueda de los Desaparecidos informó ayer de que han sido identificadas por el método del ADN unas 1.000 víctimas de Srebrenica. En las ciudades de Tuzla y Visoko todavía están pendientes de identificación los restos de 5.000 personas.